Víctor

Todo comenzó con la pregunta sobre quién tocaba una guitarra que colgaba en las paredes de la "Isla del colibrí", un restaurante de Holbox tan ecléctico como el "Pulque para dos", que entre sus curiosidades tiene un colibrí disecado que se encontraron muerto tras uno de los múltiples huracanes que ha azotado a la isla. Lo tienen puesto en un altar donde le hacen ofrendas y es cuidado por unos "aluxes" (explicación posterior) que un saqueador europeo devolvió hace unos años.

El chilango maestro se dedicaba a fabricar a mano instrumentos con maderas muy finas. Tocaba en orquestas y viajaba a Hong Kong, París y otros lugares.
Un día en el D'efe le robaron su coche con sus instrumentos y se deprimió tanto que decidió tomarse unas vacaciones la isla. Iba por unos días y se quedó por 24 años.
Se enamoró del mar y la pesca. Se compró un barco de cedro que un huracán destruyó. Pero con las maderas restantes re-comenzó a fabricar instrumentos con material improvisado. Poco a poco empezó a enseñar a los niños de la isla. Formó un grupo de estudiantes (que ahora son el grupo musical de los toquines de la isla. Tocan desde reggae, rock, salsa y cumbia hasta jarana, tríos!!! y canciones que le dedican a Holbox y que todos los habitantes de la isla cantan con orgullo en las fiestas). El maestro sigue ahí, feliz de la vida tocando jarana, pescando y enseñando música a más personas.

Holbox es una isla con paisajes paradisía(ques)cos, contrastes que sólo me recuerdan a Cholula. Está repleta de historias como la de este señor. La mayoría de los que viven ahí llegaron para pasar unos días de vacaciones y decidieron quedarse para toda la vida. Es un lugar interesante. Lo único verdaderamente insoportable es el chaquiste, un mosco chiquitito sumamente molesto, que puedes alejar con aceite de bebé o con el repelente estilo "Autan" inventado en la isla: el Mayatan.
Holbox Holbox Holbox, "hoyo negro" en maya... un lugar, verdaderamente recomendable.