Un saturday mo(u)rning sin remitentes ni destinatarios

Alguna vez me enseñaron que no hay que tomarse nada personal. Ni las ofensas, los insultos, los reproches... pero sobre todas todas las cosas... jamás hay que tomarse personal los halagos, los piropos, las buenas frases, los buenos comentarios... Las palabras tienen que ver más con su emisor que con su receptor.
Simultáneamente, todo responde a un momento histórico concreto... a una situación particular-contextual-hormonal-social-cultural... otra razón más para no tomarse las cosas personales...
Por todas estas y (muchas) más razones... a veces prefiero callar y que callen... porque lastima más darse cuenta de que lo que a uno le dijeron fue meramente circunstancial que tal vez, jamás haberlo escuchado...

Alguien dijo también por ahí que duele más lo que la gente calla que lo que la gente dice. En mi caso no funciona así, a mí me duelen más las palabras que los silencios... así que por favor, (algunas veces) a callar...